El Faraón de los úteros*.

Otra vez en el tunel del tiempo. Nuevamente una ley del aborto que introduce su moral en nuestros úteros. Otra vez el patriarcado tratándonos como seres inferiores incapacitadas para decidir sobre asustos trascendentes, aunque sólo a nosotras nos afecten. Tan inferiores que cuenta más un embrión que nosotras mismas. Otra vez las españolas teniendo prohibido aquello que puede hacerse en los paises de nuestro entorno. Otra vez los talibanes decidiendo sobre nuestros cuerpos. Otra vez teniendo que hacer turismo sanitario o, sin medios económicos, forzándonos a poner en peligro nuestro derecho a la vida.

Proximamente los medios del sistema, los mismos que nos hicieron creer que Madrid 2020 estaba ya hecho, darán barniz de realidad a un debate que no es nuestro. Pues no se trata de negociar sobre excepciones. Incluso nosotras mismas apelamos en ocasiones a lo que están haciendo con los recortes en las políticas de dependencia en contraposición al derecho a la vida del no nacido con alguna malformación que supuestamente pretenden defender. Eso puede estar bien para demostrar la tremenda hipocresia de quienes nos gobiernan, pero en absoluto es el tema central del debate.

Las mujeres queremos decidir sobre nuestra maternidad sin tener que ser fiscalizadas por un médico, un psicólogo o un juez. Así de sencillo. Con una ley de plazos como la hoy vigente en nuestro país y en los paises de nuestro entorno.

Si Gallardón quiere reconciliarse con su padre, aquel político franquista que presentó recurso de inconstitucionalidad a la primera Ley del aborto, que no lo haga a costa de nuestros coños. Bastará con que se acuerde de él en sus rezos: "papi, perdóname por haber sido tan progre".

Primera acción masiva programada: 1 de febrero a las 12'00 h.

*El título de la entrada se ha sacado de un artículo de Juan José Millás publicado en EL País que merece la pena ser leido.